Industria cultural vs. Industria creativa

Correctora de estilo: Andrea del Pilar Gómez Romero
Ilustración: Diego Armando Mesias

La avasallante homogenización que impone la industria cultural ha afectado a la cultura en función de su identidad, sin embargo, ha surgido alternativamente un concepto que propone la creación, difusión y preservación de la cultura de forma saludable; industria creativa. Esto en tanto que la industria creativa es la alternativa de difusion de cultura debido a que se desprende de los problemas que se inscriben dentro de las dinamicas de la industria cultural.

La industria cultural es la forma cómo el sistema político-económico en la actualidad, ha permeado áreas del ser humano, delimitadas dentro de las humanidades. Es decir, las humanidades que son el grupo de disciplinas que corresponden al estudio del ser humano, así como la creación artística, ha sido introducida dentro de las dinámicas del sistema. Este sistema (capitalismo) tiene la particularidad de querer transformas todo en mercancia, a través del sistema monetario, el cual define el valor, mayor o menor, de algo. En esta dinámica lo que antes correspondía a los procesos de identidad de una cultura a través de su arte, su lengua, sus ritos, entre otros, se ha convertido en un producto con un precio determinado por el mercado. En contrasentido al flujo de la industria cultural, nace un concepto que vuelve a legitimar la búsqueda de identidad y sentido por medio de la creación cultural, ésta es la industria creativa.

La industria cultural no permite que los países subdesarrollados se identifiquen con su propia cultura sino que los obliga a entrar en las dinámicas de los países desarrollados. En este sentido, todo lo que sea cultura de un país subdesarrollado en envuelto en dinámicas de producción en serie y demás, y esto hace que la identidad y el verdadero proceso de creación se vean violentados. Esto a su vez, lleva a que los verdaderos creativos y autores de diferentes piezas, como artesanía, música, arte, no se les reconozca su labor, pues la grandes o medianas industrias se hacen dueñas de estos productos sacándole su propio beneficio. Dentro de la dinámica de la industria cultural, la cultura es manejada a modo de mercancía, más que como un patrimonio de singularidad. Esto debido a que la industria cultural se encarga básicamente de comercializar todo tipo de productos culturales y esa es su mayor preocupación. Al ser la comercialización la preocupación mayor de la industria cultural, el producto en si pierde su esencia. Ahora bien, pensándose la cultura como un objeto de comercialización, se puede hablar también de imperialismo cultural, que hace referencia en gran parte a la imposición de una cosmovisión cultural distinta a la propia; es decir se adoptan culturas ajenas a la inmediata. Esto a su vez genera patrones comportamentales iguales a culturas extrañas, pero se podría decir que son descontextualizados, por lo que entonces no son funcionales. Un ejemplo claro de esto es lo que pasa con nuestra cultura colombiana. En nuestro país se ha adoptado una forma del estilo de vida estadounidense, el cual esta descontextualizado, no es funcional, pues no fue creado para nosotros. Sin embargo, nos es imposible desprendernos de tan arraigado vínculo, debido a la proximidad y el constante contacto con esta cultura particular. La invitación sería a la reflexión sobre este concepto y su dinámica dentro del sistema. La industria cultural magnifica la cultura, la promueve pero al comercializarla y verla como un producto, se convierte en un monopolio que al mismo tiempo contribuye a la perdida de la esencia verdadera de los productos culturales. Por lo que a continuación se presenta entonces el concepto de industrias creativas, que surgen como verdaderos motores de culturalización, desde la promoción.

En contrapeso a la industria cultural, nace el concepto de industria creativa, que permite la creación de productos, y servicios, dirigidos y contextualizados a una población específica, de acuerdo a sus necesidades particulares. Este término supone entonces una gama más amplia de actividades que incluyen las industrias culturales y al mismo tiempo toda producción artística o cultural. En este tupo de industria el producto o servicio contiene un elemento artístico o creativo substancialmente, y se incluyen sectores como la arquitectura y la publicidad. Prueba de esto ha sido el trabajo de la UNESCO, que es la única organización consagrada a la cultura, que por esto ocupa un lugar central en el desarrollo de metodologías estadísticas a nivel internacional. De este modo, la UNESCO provee de las herramientas necesarias a los gobiernos para la investigación en este campo de las industrias creativas, e insiste a los estados que este sea campo de investigación prioritario. Sin embargo, el papel de esta organización no es el de forzar a los países a llevar a cabo análisis estadísticos en este campo; sugiere entonces que en última estancia, estos datos surgen a través del cambio en el desarrollo. No obstante, la UNESCO puede abogar por el estudio de este campo emergente y así, difundir mejores prácticas en obtención de datos y desarrollo de indicadores, por lo tanto no existe un estándar internacional para la obtención de datos. En 1986 la UNESCO público un marco de referencia que establece categorías de análisis para la recolección de datos en este campo. A esta matriz la llamó Framework for Cultural Statistics (FCS). El FCS define nueve categorías culturales que son:

- Herencia cultural
- Impresión y literatura
- Música
- Artes del espectáculo
- Medio fonográficos
- Medios audiovisuales
- Actividades socioculturales
- Deportes y juegos
- Medio ambiente y naturaleza

Es de gran valor el hecho que organizaciones internacionales se interesen por el concepto y que de algún modo se investigue en este campo, pues aparte de cultura promueve también desarrollo. Al tener entonces la industria creativa una visión más amplia de los productos culturales no sesgada hacia la comercialización y la generación de estándares culturales estereotipados, permite a las culturas no solo contribuir a la creación de empleos y el crecimiento económico, sino que también actúan como elementos transmisores de identidad cultural, lo que al mismo tiempo contribuye a la difusión y promoción de la diversidad cultural.

Finalmente, la intención es la de dejar de ver la cultura como un producto y verlo ya como un patrimonio de singularidad. La industria creativa ofrece oportunidades a nivel laboral y económico pero antes se necesita definir e identificar indicadores culturales que serán tenidos en cuenta, desarrollar un mapeo que permita conocer la presentación y modo de operación de las industrias culturales dentro de la economía. Por eso es necesario ver la industria creativa como un motor de oportunidades para dos cosas fundamentales dentro de una sociedad; creador y fomentador de desarrollo económico para los países con menos oportunidades de competir en el mercado global y un generador de identidad y arraigo cultural que en cierta medida se ha perdido en el momento de mecanizar el arte.

Referencias bibliograficas

UNESCO (sin fecha). Comprender las industrias creativas. Archivo recuperado de: http://portal.unesco.org/culture/es/files/30297/12029163223cultural_stat_es.pdf/cultural_stat_es.pdf.
Recuperado en: Abril 29 de 2010.

ADORNO, Theodor (1997), "La industria cultural", en Proyectar la comunicación, Martín-Barbero, Jesús y Silva, Armando (comps.), Bogotá, Tercer Mundo, Instituto de estudios sobre culturas y comunicación, Universidad Nacional de Colombia.

1 comentario:

  1. Creo que el tema de la industria cultural pasa frente a nuestros ojos casi diariamente, y las consecuencias del manejo de la cultura como un bien más dentro del sistema capitalista son evidentes. Sin embargo es poca la consciencia con respecto al tema, y son más las veces que nos mostramos indiferentes y hasta contribuimos, sin darnos cuenta, a la desaparición o deterioro de formas propias de nuestra cultura que tienden a perder su esencia y a formar parte de la avasalladora industria del consumo. Me parece entonces importante la reflexión realizada en este artículo, donde además de dar a conocer datos relacionados, se hace una invitación a tomar consciencia y a apreciar la cultura como parte fundamental de nuestra identidad.
    En Colombia vemos como, por ejemplo en zonas indígenas, las expresiones culturales como danzas, artesanías, entre otros, han pasado a tener sentido en tanto que sean vendididos a turistas o visitantes como productos de consumo, naturalmente debido a la necesidad de supervivencia de la gente, pero así mismo han ido perdiendo su caracter simbólico para la comunidad, que es por lo que verdaderamente deberían ser apreciados y tenidos en cuenta.

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