Propagandas de Desmovilización

Escrito por: Gneco Medina Ivan
Ilustración: David Ruiz y Marcelo Pinzon


En este artículo voy a tratar el tema de las propagandas de la desmovilización en Colombia a partir de la teoría de Lazarfield basado en su texto “La campaña electoral ha terminado”. Posteriormente, citaré cifras y casos de desmovilización insurgente concluyendo con mi postura acerca de este asunto.
Durante el gobierno del presidente, Álvaro Uribe Vélez, se indicó un total de 31.671 grupos de insurgentes desmovilizados. Cifra que supera a la de los anteriores gobiernos. Esto se debe a muchos factores entre los que están los acuerdos con el gobierno, el sometimiento del ejército contra los insurgentes y la gran influencia de los medios de comunicación en las propagandas de desmovilización en los últimos años. Los medios han inculcado constantemente el mensaje de la desmovilización en los comerciales televisivos, la radio y el internet. A esto se le suma que dichos comerciales han tenido mucha más captación por retratar en sus escenas las decisiones que puede llegar a tener un insurgente a la hora de seguir en la ilegalidad o cambiar a la legalidad. Cómo describe Lazarfield en su texto “La campaña electoral ha terminado” los términos clave que ensalzan poder, para llegar a las audiencias, son muy efectivos. En este caso el uso de frases como “Yo pensaba que esto era por una causa justa, pero ya no es así” o “Creí que no pondrían problema pero me lo mataron sin haber nacido” son frases que llegan a las audiencias generando comportamientos y opiniones.
La influencia de los líderes de opinión es importante para cambiar la opinión de un grupo. Es por esto, que los desmovilizados lo han hecho de forma grupal y se desmovilizan por frentes, es decir, un subgrupo de todo el conjunto de grupos llamados ELN, AUC ó FARC. Un ejemplo de esto sería:
“El 14 de julio de 2005, se evidenció que 594 combatientes del Frente Héroes de Montes de María de las Autodefensas Unidas de Colombia se desmovilizaron e hicieron dejación de armas colectivamente.” Las campañas de desmovilización llegan también al internet, pero no cómo influencia directa a los insurgentes, que muy poco tiempo pasan en la red, sino para desmantelar la imagen de paz errónea que proyectan estos grupos en sus páginas web tales como la anncol.eu, en donde exaltan sus acciones con propósitos socialistas, burlándose de la imagen del presidente, el ejército y la policía nacional. Finalmente, las propagandas que transmiten las muertes de los líderes insurgentes ejercen también conmoción para todas las audiencias, y transmiten la noticia retratando al ejército nacional como un superior y, de que si siguen al margen de la ley y no se desmovilizan, van a tener ese tipo de consecuencias.

Si bien es verdad que el mensaje de la desmovilización ha estado mucho más presente en los medios durante la última década, considero que han ayudado a medias, porque a la hora de mirar la realidad posterior de los grupos desmovilizados evidenciamos que hay una cifra numerosa de ellos que vuelve a delinquir independientemente de que sea en la ciudad o en zona rural. Esto pone en cuestión su efectividad. Pienso que las campañas de reinserción deben estar enfocadas no sólo a los insurgentes sino a todos los colombianos que puedan generar oportunidades para ellos.

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